La Muerte de un actor

Notas del Autor

“…una hora es mucho tiempo, toda una vida…”, La historia de una vida completa en una hora. Una criatura que relata desde su nacimiento los sucesos que lo hicieron, que lo construyeron. Posiblemente inventados, posiblemente creados por su propia imaginación o tal vez hechos que sucedieron de verdad. Sin embargo el viaje es único e irrepetible. Al uso de los cuentistas antiguos, la historia se irá transformando de acuerdo a la situación gracias al espectador.

Un actor que decide, como muchos actores, tomar el camino de la fama. Al final del camino se da cuenta, como muchos actores, que después no existe nada. No hay nada más, parece decir y el trayecto se vuelve cuesta arriba. Habrá que buscarse la vida y sobreponerse a las derrotas predecibles a las que tal momento nos  enfrenta.

Pero el transcurrir de un actor está en el escenario, fuera de él sólo existen los seres humanos. En escena sólo él puede vivir. Y nacerá y morirá en ese espacio. Saldrá a la luz para poder contar su historia y morirá, incluso antes de terminarla. Muchas vidas vive un actor, pero la criatura vive una cada vez. En el cotidiano tenemos la posibilidad de cambiar de cara, de rumbo, de ideas, pero ante el público será singular y sin escapatoria alguna.

Alguien que va en busca de una identidad. Una figura desarmada que se creará poco a poco. Cubrirse es la consigna y construir una imagen propia, particular.

Todos tenemos algo que nos diferencia para poder ser parte de todos. En realidad esa es la búsqueda. Hurgar en el interior a través de nuestro exterior y conciliar nuestros mundos y de alguna manera resolver nuestra existencia. Una existencia comprimida, resumida, casi limitada. Alguien dijo que sin límites no hay libertad. Una obra hecha por todo lado de límites. No se permite reír, sin embargo se ríe. No se permite llorar y las lágrimas tal vez salgan. No se permite soñar y el sueño es inevitable. No existe lo falso porque todo es una representación pero la verdad está todo el tiempo. Una hora, nada más y nada menos. Una eternidad y sin embargo muy, pero muy poco tiempo.

Antonio Peredo Gonzales

La Paz, mayo de 2011