¿Cuándo comenzó el sueño? Nuestro sueño comenzó ya hace catorce años, si es que de eso se puede decir de un sueño. Éstos, fieles a sus costumbres, mutan al pasar los años, comienzan como simples deseos, tal vez más parecidos a pequeñas aspiraciones, locuras momentáneas. Después comienzan a tomar cuerpo y crecen y nos hacen tomar caminos diversos. Hoy por hoy ese sueño pequeño se ha convertido en acciones robustas y somos cada vez más conscientes de que, finalmente, nosotros no construimos los sueños sino que ellos nos toman, nos jalan de la mano y nos llevarán por caminos que no conocemos hacia lugares desconocidos. Así pensamos la dinámica de nuestro espacio y de alguna manera, en el tiempo, así es como se ha ido gestando lo que estamos haciendo y somos ahora.
Un poco de historia
En el 2004, El Bunker espacio alternativo, comenzó como una sala de teatro, albergó a varias compañías (más propiamente dicho: grupos) de teatro que preparaban y exhibían sus obras. Reuniendo así, un gran colectivo de artistas teatrales que también tenían la particularidad de ser procesos iniciales y experiencias prematuras, que durante varios años, a través del intercambio de servicios y materiales, el espacio fue construyéndose y acondicionándose para unas mejores prácticas. Con elementos caseros y con inversión de trabajo, mucha de esta gente dedicó jornadas enteras a consolidar una sala que estuviera inscrita dentro de un circuito teatral.
Después de cinco años en este proceso, la situación económica no ofrecía una perspectiva prometedora, decayendo así el flujo de presentaciones y desgastando el trabajo de las compañías responsables del mantenimiento de las instalaciones. Así, un colectivo nuevo, conformado por gestores, productores, artistas e interesados en el arte, se propuso desarrollar un proceso de revitalización del espacio, ampliando el horizonte y sumando capacidades de trabajo y gestión.
Se abre la visión a otras disciplinas y se amplía y multiplica el uso de otros espacios (dentro de la misma infraestructura) para permitir múltiples actividades que diversifiquen las oportunidades. La concepción de espacio cultural se instaura y se comienza a establecer lazos y alianzas estratégicas con artistas e instituciones.
Una casa de creación artística
Actualmente el espacio se ha propuesto una nueva concepción: una casa de creación artística. Mucho tiempo se trabajó bajo la concepción de un espacio ofertador de servicios: sala de presentaciones, formación artística, producción y gestión. De alguna manera nos dimos cuenta que eso, si bien es parte de una labora que nos hemos propuesto como colectivo gestor, no es verdaderamente imagen a futuro. Nos planteamos pues las preguntas necesarias: ¿Por qué hacemos lo que hacemos? Y, sobretodo, ¿para quiénes lo hacemos?
Preguntas, en principio, amplias, pero que nos hicieron reconsiderar nuestros horizontes. Nos dimos cuenta que esto lo hacíamos para el arte y sobretodo, para los artistas. Porque no hay que olvidar que los gestores culturales, en este país, nacen por la necesidad, nacen porque son artistas y están obligados a gestionar su propio trabajo (al menos esto sucede en la mayoría de los casos). Entonces, a la vez gestores, a la vez artistas, hacemos esto por nosotros mismos, y también por nuestros iguales. Esta forma de pensar nos hizo dar cuenta de que nuestro espacio (no sólo hablamos de una infraestructura sino también de un concepto, de una idea) estaba ahí y lo habíamos construido así, para que el arte se pueda desarrollar en sus múltiples facetas y en sus diversas etapas.
Utopías…
Para mucha gente, nuestro accionar queda desapercibido, para muchos no somos parte de un mapa social y mucho menos económico. Pero nosotros nos pensamos como una mancha que aporta a las posibilidades de una población a experimentar, participar y construir cultura. Creemos que un espacio debe ser el contenedor y el creador de nuevas visiones, nuevas tendencias y formas emergentes de arte, que en otras palabras son, formas actualizadas de nuestra propia imagen, como individuos y como sociedad. En definitiva, queremos creer que este espacio es el lugar en el que podemos construir y vivir nuestra propia utopía.
Antonio Peredo Gonzales
LA Paz, septiembre de 2018